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Mayra Florián / El Rincón del Diablo

 

VERSOS AL AIRE LIBRE

 

 

* * *

 

Y me acordaré de ti

de tus palabras

de tu propio dolor

 

 

 

 

*  *  *

 

Llena el mañana con mi locura

 

 

 

 

*  *  *

 

Solo sé gritar desde tu silencio...

 

 

 

 

*  *  *

 

Vuelves como la forma más entrañable...

de la misma manera en la que te veía

haciendo versos

cultivándolos en mi huerto de cristal...

 

 

 

 

*  *  *

 

Y escribiré poesía

mientras el alba se dilata en tu pupila

 

 

 

 

*  *  *

 

A chorros se desliza el silencio interminable.

 

 

 

 

*  *  *

 

Mentiría si dijera que no eres nada

que todo eres... Seguiría mintiendo

 

 

 

 

*  *  *

 

Hoy solo me queda ver

historias inconclusas  

guardadas en lo más profundo de tu

alma...

 

 

 

 

*  *  *

 

Verás como el tiempo no me ha permitido seguir...

Y es que nadie ha sabido comprender lo que me enseñaste

[...hasta ahora]

 

 

 

 

*  *  *

 

Eres mi necesidad

mi extraña monotonía...

 

 

 

 

*  *  *

 

Se murieron mis fantasías

se perdieron en lo más oscuro de tu ser...

hoy ya no las encuentro...

[por más que las busque  no estarán ahí...]

 

 

 

 

*  *  *

 

Te recordaré

sin esa boina gris

en tus pupilas

 

 

 

Mayra Florián

 

 

UNA SOLEDAD DIFERENTE

 

Noté cómo sus ojos estaban perdidos, quizás por una cercana ausencia, o una ausencia simple y particular.

Sus palabras parecían tener un solo camino: expirar en los propios labios sin ser oídas, en el rumor de una noche desierta, en lo vacío del olvido.

Pero era verlo así, sentirlo así y no poder estar allí, porque sin duda no le importaba nada, ni que sus pies sintieran las caricias del viento. Porque ya era tan indiferente, porque sentía cómo la soledad lo embargaba. Una soledad a la cual no pertenecía, en la cual debería de sentirse extraño. Pero la extraña era yo, quien no podía verse reflejada en un espejo o ver su sombra porque el destino así lo quiso o sencillamente fui yo quien lo eligió.

Y la verdad era ésa: ya no era de esta vida, era una extraña más.

 

 

SIMPLE

 

Sus ojos brillaron de repente, mientras el silencio caía ante ellos. La ausencia de palabras parecía hacerse notoria entre ambos, pero la muchacha no las necesitaba para decir lo que tenía ahogado en la garganta, como un nudo gigantesco.

Conteniendo aquel brillo en los ojos le sonrió al muchacho, quien la miraba incrédulo, sin comprender el silencio inquietante que se había apoderado de ellos.

Ella ya lo entendía, o creía entenderlo: más allá de eso comprendía que las palabras no eran ausentes, simplemente no hacían falta.

El muchacho se acercó a ella, buscando algo para evitar ese silencio, aquel absurdo desierto de palabras; pero no lo logró.

Ella seguía sonriendo, mientras la calle solitaria empezaba a vestirse de sombras, de una oscuridad que le permitiría saber, tan sólo, lo simple que era quererlo.

 

 

©Mayra Florián